Gilles Bourdos hace todo lo posible para que los espectadores agonicen de pena y tristeza.
Malcovich es capaz de decirnos cuando vamos a morir y "prepararnos" para ello, pero no esperéis nada más, porque la película no da para mucho más.
Puede que lleguéis a encontrar "belleza" en la forma de contar esta historia, los más afortunados, que serán pocos.
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